Los adolescentes tienen una visión muy abstracta del mundo y a veces no se sienten contenidos en él. En el aprendizaje teatral les aparece la posibilidad de poder contar esta visión y esto los coloca en un rol protagónico en donde pueden expresar sus emociones y sentimientos de un modo creativo. ANDAMIO CONSTRUYE espacios.

Las reglas sociales suelen predisponer a los chicos a buscar el “no error”; sin embargo, en la dinámica del juego teatral esto se modifica constantemente porque desde el error se construye el juego dramático. Desde esta concepción, la equivocación ya no es una frustración sino que se toma como algo natural. Lo “distinto” se transforma, entonces, en una fuente inagotable de recursos creativos. En ese espacio, los adolescentes modifican las estructuras que los agobian. Se redescubren y es habitual escuchar: “¡no pensé que podía hacer todo esto!”. Este enunciado sintetiza nuestro trabajo.